A primera vista, nadie establecería una relación directa entre elementos tan dispares como unos buñuelos y chocolate, un calendario, un guardarropa, una cena y un hospital en Camerún. Pero los habitantes de Moutourwa y de Ribarroja sabemos que esta relación existe y que es estrecha.

Cuando sor Asunción nos explicó la preocupación de las Hijas de la Caridad por las deficitarias condiciones en que eran atendidas las personas que requerían ayuda sanitaria en el extremo norte de Camerún y su voluntad de cambiarlas, nuestra Cáritas Parroquial no dudó en que conseguiríamos fondos para realizar las mejoras necesarias.

El proyecto que nos presentó sor Asunción es ambicioso y ella misma lo sabía, pero, no sólo es Hija de la Caridad, también es hija de Ribarroja y confiaba en su pueblo y en la generosidad de su gente.

Como con otros proyectos internacionales anteriores, nuestra Cáritas se puso en marcha y empezamos a planificar actividades para la recaudación de fondos: una cena solidaria, un calendario o la venta de buñuelos y chocolate.

La respuesta de la gente ha sido, una vez más, inmejorable. La Associació de Bunyoleres de Riba-roja se ofreció para elaborar los buñuelos y el chocolate durante todos los domingos del mes de octubre, un vecino de Vilamarxant donó calabazas ecológicas de su huerta a las buñoleras, un nutrido grupo de alumnos del Centro Educativo Asunción de Nuestra Señora –que forman parte de nuestra Cáritas Joven- se apuntaron al grupo de voluntariado de Cooperación Internacional y este centro educativo cedió sus instalaciones para la realización de la cena solidaria. Igualmente, desde el consistorio se han ofrecido todas las facilidades para llevar a cabo actividades de recaudación de fondos que se desarrollan durante eventos organizados por el ayuntamiento -como el guardarropa solidario que nuestra Cáritas organiza en el Auditorio o en la media-maratón.

Y, por supuesto, la generosa contribución de los vecinos con sus aportaciones económicas. Y es que, aunque es cierto que nuestras buñoleras tienen mucha maña -muestra de ello es que desde otras localidades se acercaban religiosamente todos los domingos de octubre algunos ciclistas a almorzar buñuelos y chocolate- no es menos cierto que, en cualquier actividad que se organiza para el proyecto, los vecinos se vuelcan en colaborar para conseguir que esas personas que viven en los alrededores de Moutourwa, a quienes, con toda probabilidad, nunca en su vida conocerán, tengan la asistencia sanitaria que merecen. ‘Empatía’ es la palabra; ‘compasión’, bien entendida, si hablamos con más profundidad. Eso es lo que hace a tanta gente de Ribarroja actuar con la sabiduría del corazón, la que les dice que, más allá de no tener ningún tipo de lazo o relación directa con las personas de Moutourwa, formamos parte de la misma familia humana y estamos llamados a protegernos y cuidarnos los unos a los otros.

Ahora, después de meses de trabajo, ¡nos llegan noticias de Camerún! Y las recibimos con mucha alegría. Las primeras fases del proyecto han sido acometidas: el suministro e instalación de un compresor de aire (presupuestado en 2.510€) y el depósito y recarga de botellas de oxígeno (presupuestado en 1.320€). Algo muy sencillo de realizar aquí, pero con serias dificultades para llevarlo adelante en Moutourwa.

       

Una alegría que nos da aliento para seguir trabajando, porque nos quedan por conseguir las partidas del presupuesto más abultadas, las destinadas a la compra del equipamiento más caro.

Confiamos en que lograremos los fondos y, por eso, ya están en marcha las siguientes actividades: el guardarropa solidario en el cine, teatro y muchas más…

Sabemos que nuestra confianza no es en vano… se sustenta en que os conocemos y sabemos que sois personas que no se quedan impasibles ante el sufrimiento ajeno, personas que, aunque en algunos casos, pasáis por estrecheces económicas, poseéis, todas, anchura de corazón.

¡Muchas gracias por vuestra colaboración!